Una aventura inolvidable por las islas más espectaculares de Hawái: Oahu, Kauai y Big Island. Descubriremos playas de postal, selvas tropicales, volcanes activos, templos ocultos y cañones profundos. Pasearemos por pueblos surfistas, sobrevolaremos la salvaje costa de Napali y nos bañaremos en playas de arena negra, blanca… ¡y hasta verde! También nadaremos con mantarrayas gigantes, caminaremos sobre lava solidificada y terminaremos el viaje con atardeceres mágicos frente al Pacífico. Un recorrido completo, vibrante y lleno de contrastes para los que buscan naturaleza, aventura y alma isleña.
Hoy arranca la aventura y el cuerpo lo sabe. Tomamos el vuelo con destino a Hawaii, pero antes haremos una pequeña escala para ir calentando motores: San Francisco. Dependiendo de la hora de llegada, tendremos tiempo para salir a estirar las piernas y dar una vuelta por el emblemático Fisherman’s Wharf, donde los leones marinos compiten en carisma con los carritos de clam chowder y las vistas a Alcatraz.
El ambiente portuario, las luces del atardecer y el olor a mar nos dan la bienvenida al viaje. Es solo una pincelada, pero ya estamos sintiendo que lo que viene será épico. Hoy dormimos con algo de jet lag… y mariposas en el estómago. Mañana empieza lo bueno de verdad.
¡Aloha, Oahu! Volamos por la mañana rumbo a la isla más animada del archipiélago. En cuanto el avión se acerca a Honolulu, ya nos reciben las montañas verdes, el mar turquesa y la vibra isleña. Tras aterrizar, arrancamos suave pero intenso: una visita muy especial: el histórico Pearl Harbor, símbolo de uno de los momentos más impactantes del siglo XX. Aquí recorreremos el memorial del USS Arizona, que flota sobre los restos del barco hundido, y sentiremos el silencio y la emoción que envuelve el lugar.
Tras este viaje al pasado, nos reconectamos con el presente paseando por las calles animadas de Honolulu. Waikiki nos recibe con sus tiendas surferas, food trucks con olor a piña asada, terrazas con música en directo y, por supuesto, esa mítica playa donde los surfistas parecen flotar sobre el mar.
Comenzamos fuerte y nos dirigimos al Kualoa Ranch, escenario de películas como Jurassic Park, Kong y otras tantas. Aquí nos pondremos manos al volante y haremos una visita en jeep por el valle. Las montañas verdes con forma de dragón, los acantilados abruptos y el ambiente de película lo convierten en una parada inolvidable.
Desde allí nos acercaremos a una playa perfecta para un baño o simplemente para parar a mirar el mar sin hacer nada más. Continuamos con una visita espiritual: el Byodo-In Temple, un templo budista japonés en medio de un jardín exuberante, donde el silencio suena bonito y los koi nadan en estanques de cuento. Nos dejamos maravillar por el Jardín Botánico de Ho’omaluhia, un lugar que parece sacado de otro planeta. Las montañas Koolau al fondo y el verde intenso nos hacen sentir en una postal viva.
Y cuando crees que no puede haber más belleza, llega Lanikai Beach, posiblemente la playa más paradisíaca de Oahu, ideal para fotos y para quien quiera hacer la caminata a los búnkeres de Lanikai, con vistas panorámicas brutales.
Para rematar, veremos el atardecer en otra playa mágica y alucinaremos con miradores, donde los acantilados caen al mar y el viento te despeina con estilo.
Nos espera una ruta espectacular por la costa norte de Oahu, famosa por sus olas, sus paisajes salvajes y ese espíritu más relajado y local que se aleja del bullicio de Honolulu. Pero antes, arrancamos temprano el día con una caminata por el cráter de Diamond Head, donde veremos amanecer en esta antigua caldera volcánica, la cual nos regala unas vistas sobre Waikiki, todo Honolulu y el océano que valen totalmente la pena.
Conducimos hacia el auténtico North Shore, la zona más salvaje y surfera de la isla. Pueblos surferos lleno de encanto donde podemos pasear por sus calles bohemias, comer un açaí bowl o un helado de shave ice arcoíris, y sentir el ambiente relajado que tanto nos gusta. Aquí todo fluye con otro ritmo. Playas donde a menudo las tortugas verdes vienen a descansar sobre la arena y playas que son un paraíso de arena dorada y aguas azules, incluso con rocas desde donde saltar si el mar está tranquilo. No pueden faltar sitios tranquilos ideales para hacer snorkel y disfrutar de los cientos de pececillos nadando.
Como cierre de oro, Sunset Beach, donde los atardeceres hacen honor a su nombre. Aquí la vida se detiene por un momento, el cielo se pinta de rojo y naranja, y solo queda disfrutar de la magia bebiendo un rico batido comprado en un auténtico puesto hawaiiano, Aloha total.
Empezamos nuestro último día en Oahu con una caminata por la selva hasta las Manoa Falls, una cascada de 45 metros escondida entre helechos gigantes y árboles centenarios. Nos sumerge de lleno en la jungla tropical de la isla.
De ahí nos dirigimos a dos miradores panorámicos que nos dejarán sin palabras, desde donde se ve todo Honolulu y el Pacífico extendiéndose hasta el horizonte, vistas sobre los acantilados verdes y una historia que mezcla guerras ancestrales con leyendas locales.
Posteriormente, si conseguimos entradas, pasamos la tarde haciendo snorkel en una reserva natural que fue un antiguo cráter volcánico y hoy día está lleno de peces de colores y arrecifes. ¿Y si no conseguimos entrada? ¡Sin problema! Nos vamos directos a una de las caminatas más intensas y con mejores vistas de la isla: el Koko Crater Trail. Este sendero sigue las antiguas vías de un tren militar que sube la ladera del cráter. La subida es exigente, pero en la cima te espera una panorámica espectacular de la costa sureste de Oahu, con vistas al océano y los acantilados.
Después de tanta subida o quien no se haya atrevido a subir, toca relax. Podremos darnos un chapuzón en una de sus cercanas playas o simplemente tumbarnos en mágicos lugares donde el mar se cuela entre las rocas formando un géiser natural.
Cambiamos de isla y entramos en modo Jurassic Park. Volamos temprano a Kauai, la más salvaje y verde de las islas hawaianas, donde la naturaleza manda y el tiempo va a su ritmo. Apenas aterrizamos, recogemos el coche y arrancamos la ruta por algunos de los paisajes más intensos del viaje.
Comenzamos con dos paradas acuáticas, cascadas accesibles que nos muestran el poder de la isla. Altas, caudalosas y rodeadas de vegetación que parece sacada de una película (spoiler: lo está). Desde ahí seguimos a una playa tranquila y perfecta para un primer chapuzón en Kauai. Arena dorada, zona de snorkel protegida por rocas volcánicas y palmeras que te dan sombra gratis. What else?
Si aún hay energía, cerramos el día en una joya local donde los colores del cielo y el mar se funden en tonos que ni Pantone sabría nombrar. Aquí se respira esa Hawai’i rural, de gente amable, sin prisas y con olor a mango.
Nos adentramos en uno de los paisajes más impresionantes de todo el Pacífico: el Waimea Canyon, también conocido como el «Gran Cañón del Pacífico». Este lugar tiene identidad propia: vegetación densa, laderas rojas y verdes, y unas vistas que parecen sacadas de otro planeta. Lo más impactante es ver cómo la erosión y la lava han esculpido este coloso durante millones de años. Flipas, literal.
Después de esta buena dosis de montaña, cambiamos totalmente de escenario y nos dirigimos al encantador pueblo de Hanapepe, el pueblo de la famosa película Lilo & Stich, un lugar que parece detenido en el tiempo. Cruzamos su famoso puente colgante, una estructura de madera que se balancea con cada paso y que conecta con una parte más rural del pueblo, recordándonos el lado más auténtico de la isla.
Ya con el ritmo bajado, nos vamos hacia la costa sur para cerrar el día como se merece en una de las playas más populares de Kauai, y por buenas razones, sus aguas tranquilas invitan a nadar sin prisa, y no es raro compartir la orilla con tortugas marinas que salen a descansar al atardecer. Podremos darnos un chapuzón, hacer algo de snorkel, tumbarnos al sol o simplemente disfrutar del espectáculo de colores que pinta el cielo mientras el sol se despide. Un cierre redondo para un día lleno de contrastes.
Para quien lo desee, hoy será el día de vivir una de las experiencias más brutales del viaje: un vuelo en helicóptero sobre la Na Pali Coast. Sí, como en las pelis. Porque, de hecho, aquí se rodaron un montón: Jurassic Park, Piratas del Caribe, King Kong… y cuando estés en el aire, entenderás por qué. Volar entre cascadas ocultas, acantilados verdes que se lanzan al mar y valles donde no llega ninguna carretera. La sensación es difícil de explicar: una mezcla de emoción, paz y pura adrenalina.
Después nos dirigimos al norte de la isla para explorar el encantador pueblo de Hanalei, lleno de cafeterías con encanto, surf shops y ambiente relajado. Tras darnos un baño en su bahía, seguimos rumbo al final de la carretera, donde encontramos playas ideales para el snorkel, el arrecife aquí protege la costa y crea un pequeño universo submarino con peces tropicales, corales, y —si hay suerte— tortugas verdes nadando con flow. Esta zona es salvaje y espectacular, ideal para cerrar el día con la sensación de estar en un rincón escondido del mundo.
Hoy toca otra de las experiencias más alucinantes del viaje: recorrer la espectacular costa de Nā Pali en lancha, sintiendo el viento en la cara y la salpicadura del océano. La travesía nos lleva por acantilados gigantescos cubiertos de vegetación, cuevas marinas escondidas y cascadas que caen directamente al agua. La lancha se cuela en algunas de estas cuevas cuando el oleaje lo permite, seguramente delfines y tortugas nos acompañarán durante el trayecto, y en temporada, incluso se pueden ver ballenas. Además de la adrenalina del recorrido, hay momentos para relajarse: nos detenemos en una zona de aguas tranquilas para hacer snorkel, descubriendo un fondo marino lleno de vida.
Después del tour, el cuerpo pide calma y nos vamos a disfrutar de las tranquilas y menos frecuentadas playas del suroeste. Playas protegidas por formaciones rocosas que crean piscinas naturales perfectas para nadar sin oleaje. El ambiente aquí es muy local, ideal para desconectar. Aquí el atardecer es un espectáculo: el sol se esconde en el horizonte sin obstáculos, pintando el cielo de naranja, rosa y rojo. Un final tranquilo y mágico para un día que difícilmente vamos a olvidar.
Nuestro último amanecer en Kauai merece ser celebrado con una caminata entre acantilados salvajes, cuevas marinas y playas escondidas. Por eso hoy recorreremos un sendero costero que serpentea entre paisajes volcánicos, formaciones rocosas esculpidas por el viento y el mar, y calas que parecen sacadas de otro planeta. Con un poco de suerte, podremos ver tortugas descansando en la arena o incluso alguna foca monje tomando el sol en soledad.
Toca recoger nuestras cosas y poner rumbo al aeropuerto. Nos despedimos de Kauai con el corazón lleno de paisajes épicos y momentos inolvidables, y volamos hacia Big Island, la más grande y diversa del archipiélago. Aterrizamos al oeste de la isla, y ya desde el aire notarás que aquí todo cambia: el verde es más intenso, el ritmo más tranquilo y la energía… volcánica.
Esta primera tarde la tomaremos con calma para instalarnos en la parte este de la isla y recargar pilas para lo que viene. Porque mañana, Big Island nos espera con toda su fuerza.
Empezamos nuestra inmersión total en Big Island.Por la mañana, arrancamos el día con una dosis de naturaleza exuberante: una cascada rodeada de vegetación tropical. Justo después, toca volver a desayunar, pero esta vez a lo local, en uno de los lugares más míticos de Hilo, sus tortitas gigantes, huevos y café sin fin son un clásico hawaiano y una experiencia en sí misma.
Con el estómago lleno, conoceremos las pequeñas islas de Hilo, lugar perfecto para estirarse al sol, tirarse al agua desde una de sus plataformas o contemplar el paisaje de la bahía. Iremos en busca de tortugas a una playa de roca volcánica y piscinas naturales de agua cristalina donde es fácil verlas nadando muy cerca.
Pero lo mejor aún está por llegar: cogeremos una carretera escénica de apenas 4 millas que serpentea entre selva húmeda, barrancos y puentes antiguos. Aquí está escondida una de las cascadas más hermosas de Hawái con una caída de 135 metros entre lianas y bambúes gigantes. El sendero que lleva hasta ella es como entrar en una película de aventuras.
Seguimos hacia el norte para hacer una última parada de infarto, no sin antes comprar las míticas malasadas que están para chuparse los dedos, y mientras las probamos podemos admirar uno de los valles más sagrados y espectaculares del archipiélago. Desde arriba, el paisaje es sobrecogedor: montañas cubiertas de neblina, cascadas a lo lejos y el mar rompiendo contra una playa negra infinita.
Como broche final del día, ascendemos hasta el Centro de Visitantes del Mauna Kea, situado a más de 2.800 metros de altura. Aquí, intentaremos subir hasta la cima pero realmente no es necesario para disfrutar de un atardecer sobre las nubes que es pura magia.
Nos adentramos en el Parque Nacional de los Volcanes de Hawái, un lugar donde literalmente puedes sentir la fuerza de la tierra a cada paso. Exploraremos un túnel subterráneo creado por antiguas erupciones, recorreremos parte del Kīlauea Iki Trail, una caminata alucinante que cruza el cráter de una antigua erupción. Aquí pasamos de la vegetación densa del borde a un paisaje lunar en apenas unos minutos. El suelo humeante bajo nuestros pies y los ecos del viento entre las rocas hacen que parezca que estamos pisando otro planeta, fumarolas que emergen del suelo nos recuerdan que el volcán sigue vivo.
Bajamos al sur de la isla para seguir explorando sus maravillas naturales. Recorremos una carretera costera que nos lleva por antiguos flujos de lava solidificada, pueblos fantasmas y palmeras renacidas entre la piedra volcánica.
Conoceremos una playa de arena negra creada tras la erupción de 2018, con piscinas geotermales donde podremos darnos un baño caliente frente al mar. Y antes de terminar, nos detenemos en una playa famosa por su belleza, donde el contraste entre la arena oscura, el azul intenso del océano y el verde de las palmeras es de postal. Con suerte, aquí podremos ver tortugas verdes descansando tranquilamente sobre la arena. Un día largo, sí, pero absolutamente épico.
Comenzamos el día de hoy en uno de los lugares más sorprendentes del archipiélago, una playa de arena verde de verdad, teñida por cristales de olivino que emergen del antiguo cráter de un volcán. Para llegar hasta ella nos subiremos a unos jeeps locales que hacen el recorrido por caminos imposibles.
Continuamos hacia una playa con alma local, perfecta para tumbarse un rato bajo las palmeras y, si la suerte acompaña, ver algún delfín cerca de la costa. Seguimos nuestro camino con una cala recóndita y secreta perfecta para flotar y ver pececillos sin complicaciones y otro lugar mágico donde nadar entre corales y peces tropicales.
Por cierto, ya llevamos muchos días en Hawaii y todavía no hemos practicado su deporte nacional, así que para los que se atrevan, es hora de cambiar la toalla por la tabla: vamos a uno de los mejores puntos para iniciarse en el surf en Big Island. Las olas son suaves, el fondo es de lava y el ambiente es relajado, ideal tanto si te lanzas por primera vez como si solo vas a mirar y animar.
Nos acercaremos a Kailua-Kona para brindar por este día maratoniano junto al mar. Aquí hay bares con terraza frente al océano, puestecitos con poke fresco, tiendas para llevarnos un buen recuerdo de Hawaii y buen ambiente para recargar energía… porque la jornada aún no ha terminado.
Cuando cae la tarde… llega uno de los momentazos del viaje: el snorkel nocturno con mantarrayas. Nadan justo debajo tuyo, moviéndose con una gracia casi irreal. Es una experiencia silenciosa, hipnótica y muy difícil de olvidar. Volvemos al puerto ya de noche, con el corazón latiendo fuerte.
Último día en Hawái… pero tranquilo, que aún nos queda darnos nuestros últimos chapuzones, nos dirigimos al norte a una de las mejores playas de todo Hawái y con razón. Es larga, ancha, de arena blanca y fina como el polvo, con aguas turquesas que brillan bajo el sol.
Desde ahí nos vamos a otra de esas playas que parecen sacadas de una postal, para un último chapuzón, pequeña, salvaje y con colores imposibles.
Tras maravillarnos con esta joya, nos despedimos de esta isla volcánica que nos ha hecho sentir en otro universo y ponemos rumbo al aeropuerto.
Dependiendo del horario del vuelo a Madrid, aprovechamos la mañana para conocer algo de Los Ángeles. Si el cuerpo lo permite, nos damos un paseo por Santa Monica Pier, tomamos un café junto al mar o caminamos por la Third Street Promenade. También puedes acercarte a Venice Beach y su paseo lleno de arte callejero y skaters.
Después, directo al aeropuerto para tomar el vuelo de regreso.
Fin de nuestros servicios. El orden del itinerario puede verse alterado por motivos organizativos, intentando mantener en la medida de lo posible todas las visitas indicadas o similares
Billete de avión ida y vuelta de Madrid a Hawaii con tasas incluidas. (Si quieres partir de otra ciudad, consúltanos y veremos cómo hacerlo posible)
2 vuelos internos de Oahu a Kauai y de Kauai a Big Island.
14 noches de alojamiento
Todos los desayunos incluidos
Acompañamiento y asistencia de tu Tropicoordi
Traslado al alojamiento en San Francisco y al aeropuerto de nuevo al día siguiente.
Traslado al alojamiento en Los Ángeles y del alojamiento al aeropuerto.
Coche de alquiler para movernos por las 3 islas que visitaremos, los cuales serán conducidos por el/la tropicoordi y vosotros/as, los viajeros/as
Tour Parque Jurásico en Kualoa Ranch, Tour en Zodiac por la costa Napali, Actividad de nado con mantarrayas nocturna, entrada a Diamond Head, entrada a Haena State Park, entrada al Byodo temple, entrada a las Akaka falls, entrada al PN de los volcanes y entrada a Hapuna Beach.
Seguro básico de viaje
Compensación de 2,29 toneladas de CO2 por persona en proyectos medioambientales como reforestación de bosques.
Regalo Tropiquea
Asesoramiento desde Tropiquea durante todo el proceso
Comidas y bebidas no especificadas en "incluido en el precio"
Pequeños trayectos en bus, metro, taxis, etc...dentro de los pueblos o ciudades
Autorización ESTA para poder entrar en EE.UU. (21$)
Gasolina de los coches de alquiler
Vuelo 55min en helicóptero en Kauai (260€ aprox)
Cualquier otro servicio no indicado en "incluido en el precio"
Cuando el alojamiento no incluya desayuno, ya que quizá sean apartamentos, en el precio entrará la compra del desayuno en supermercados de hasta un máximo de 8$ por persona/día.
Las actividades en Hawaii son muy caras, si no quieres realizar alguna de ellas, nos lo puedes comentar a la hora de confirmación del viaje y se te descontarán del precio.
Las escalas con noche tanto en San Francisco como en Los Ángeles podrían verse modificadas por otras ciudades o alterarse el orden.
En este viaje es probable que nos alojemos en casas/apartamentos compartiendo baño con una o dos habitaciones más de nuestro grupo. Las habitaciones serán como máximo de 4 personas, intentando ser siempre dobles.
En este viaje no está prevista la opción de habitación individual, pero consúltanos y veremos qué podemos hacer.
Todos nuestros coches de alquiler incluyen seguro. En el último pago, te solicitaremos una fianza de 100€ para cubrir posibles multas u otros gastos no cubiertos por el seguro. Este importe será reembolsado 45 días después de tu regreso.
Selecciona la fecha de reserva del viaje que quieres hacer. Al reservar, abonarás tan solo 100€ en concepto de reserva
12 julio al 27 de julio
Plazas Disponibles
4.690 €
16 agosto al 31 de agosto
A punto de confirmarse
4.690 €
4 octubre al 19 de octubre
Plazas Disponibles
4.270 €
Todos nuestros viajes van acompañados de un tropicoordi con mucha experiencia viajera e idiomas, además de ser proactivos, resolutivos y responsables, lo cual, junto a la preparación e información que les proporcionamos desde la agencia, los hacen la persona perfecta para garantizar que vivas una experiencia inolvidable.
Nos encantaría poder hablar contigo: mándanos un email, un whatsapp, llámanos o rellena el formulario
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¡Claro que no! Viajar solo es una aventura en sí misma, y no serás el único. La mayoría de nuestros viajeros son independientes como tú, así que no te faltará compañía para compartir historias y risas. Tendrás toda la libertad que buscas, sumada a la tranquilidad de estar en un grupo pequeño que pronto se sentirá como una familia viajera.
A la hora de hacer la reserva tendrás que abonar tan solo 100€, los cuales se restarán del precio del viaje total. Estos 100€ son reembolsables hasta la confirmación de la salida del viaje
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Nos gusta lo bueno en dosis pequeñas, así que nuestros grupos son reducidos. Esto significa que tendrás espacio para moverte con libertad, conectar con el entorno, y vivir una experiencia más auténtica. ¡Nada de multitudes! Como máximo seremos 12 aventureros, porque menos es más
No se trata tanto de tener una forma física excepcional, sino de saber adaptarse al ritmo del viaje. Con una forma física normal podrás hacer todo lo que proponemos sin problema, y si algún día prefieres descansar o saltarte alguna actividad, ¡no pasa nada! Aquí se viaja a tu manera, siempre con buena onda.
El Tropicoordi es tu brújula humana, ese viajero experto que te acompaña durante todo el recorrido. Su misión es hacerte la vida más fácil: coordina al grupo, organiza la logística y se encarga de esas negociaciones clave con recepcionistas, tuk-tuks y cualquier imprevisto que surja. Aunque no haya estado antes en el destino, se lo estudia a fondo para que nada quede al azar y adapta la ruta al grupo como si fuera un experto local. Además, es el alma del equipo: ayuda a integrar al grupo y a que vivas un viaje auténtico y sin estrés.
En Tropiquea, sabemos que descansar bien es clave para disfrutar al máximo de la aventura, por eso cuidamos cada detalle de los alojamientos. Nos encanta que vivas la auténtica experiencia local, pero sin renunciar a la comodidad y la limpieza que necesitas para reponer energías. No nos van las grandes cadenas turísticas, preferimos ofrecerte algo más auténtico: acogedoras casas en el corazón de la ciudad, alojamientos locales con encanto o eco-lodges en plena naturaleza. Todo pensado para que descanses bien y vivas el destino como un verdadero local. ¡Tu comodidad también es parte de la aventura! Te mandaremos los detalles de los alojamientos aproximadamente 15 días antes de tu salida, pero lo que podemos garantizar es que serán perfectos para disfrutar de tu experiencia y conectar con el destino. ¡Prepárate para ser sorprendido!
En Tropiquea, no nos gusta apilarnos todos en una misma habitación ya que valoramos el buen descanso. Lo habitual es que compartas en habitaciones dobles o como mucho triples con compañeros del mismo sexo. En algunas ocasiones, podrías compartir con más personas, pero son experiencias auténticas como una jaima en el desierto que no podrías vivir de otro modo. En general, las habitaciones tienen baño privado para la habitación. Si nos alojamos en casas particulares, podrías compartir con tan solo otra habitación más el baño, pero siempre será dentro de nuestro propio grupo. En cada destino podrás ver toda esta información en detalle.
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