La ciudad que nunca duerme te espera con su energía inagotable y sus icónicas postales urbanas. Rascacielos imponentes, barrios con personalidad propia y una oferta cultural infinita hacen de Nueva York un destino incomparable. Desde miradores vertiginosos hasta parques escondidos, pasando por museos de talla mundial y vibrantes rooftops, aquí cada día es una aventura. En esta ruta exploramos sus rincones más emblemáticos y también sus secretos mejor guardados, viviendo la Gran Manzana en su máxima expresión.
Llegada a Nueva York y primer contacto con la ciudad. Dependiendo de la hora del vuelo, podemos empezar con una visita a Times Square, el epicentro del caos neoyorquino: pantallas gigantes, taxis amarillos y un ambiente vibrante que no descansa. La mejor manera de sentir la energía de la ciudad en nuestra primera noche.
Arrancamos el día con una experiencia única: el teleférico a Roosevelt Island. Mientras ascendemos, las vistas se despliegan ante nosotros como si estuviéramos flotando sobre la ciudad. Al llegar a la isla, podemos dar un pequeño paseo y contemplar la silueta de Manhattan desde una perspectiva diferente.
De vuelta a tierra firme, nos dirigimos al Summit One Vanderbilt (entrada bajo disponibilidad), un mirador futurista, es un juego de reflejos, luces y espacios infinitos. Conoceremos la Grand Central Station, más que una estación, es una obra de arte viviente.
Desde aquí, nos sumergimos en los barrios con más carácter de Nueva York. Little Italy, con sus restaurantes con manteles a cuadros y el aroma a pasta en el aire. Aunque su tamaño ha disminuido con los años, sigue conservando su esencia. Unas pocas calles más allá, la atmósfera cambia por completo al adentrarnos en Chinatown: farolillos rojos, carteles en mandarín y puestos de dumplings al vapor nos recuerdan que en Nueva York, cada barrio es un mundo distinto. Para cerrar el día con broche de oro, cruzamos el icónico Puente de Brooklyn. Al llegar a DUMBO, el atardecer pinta el cielo de tonos naranjas y morados mientras disfrutamos del ambiente relajado de este rincón a orillas del East River.
Arrancamos el día por todo lo alto en The Edge, el mirador más vertiginoso de Nueva York. Su plataforma de cristal suspendida en el aire nos da la sensación de estar flotando a más de 335 metros de altura. La vista es simplemente impresionante. Nuestra siguiente parada es el Intrepid Sea, Air & Space Museum, donde subimos a bordo de un portaaviones real, el cual alberga aviones de combate, un submarino nuclear y hasta un transbordador espacial. De ahí, cambiamos el asfalto por el agua con un crucero por el Hudson que nos permite ver la ciudad desde otra perspectiva.
Para el almuerzo, nos sumergimos en los sabores de casa en Little Spain, un rincón gastronómico donde encontramos lo mejor de la cocina española: tapas, paella, jamón ibérico y, por supuesto, una buena copa de vino. Nuestra siguiente caminata nos lleva al High Line, un parque elevado construido sobre antiguas vías de tren. Al final del recorrido, llegamos al Chelsea Market, un mercado repleto de tiendas con encanto. Pasearemos por Greenwich Village, un barrio bohemio donde las calles adoquinadas, las casas de ladrillo y los cafés con historia nos hacen sentir en otra Nueva York, más íntima y artística. Pasamos por el icónico Washington Square Park, con su gran arco blanco y ambiente animado.
Tomamos el ferry rumbo a la Estatua de la Libertad, el icono por excelencia de la ciudad. Desde la cubierta del barco, la silueta de Lady Liberty se hace cada vez más grande hasta que finalmente desembarcamos en su isla. Nuestra siguiente parada es Ellis Island, donde millones de inmigrantes pasaron sus primeros días en Estados Unidos. Recorrer el museo es viajar a una época en la que Nueva York era la puerta de entrada a un nuevo mundo.
Continuamos con el corazón financiero del mundo: Wall Street. Nos detenemos frente a la Bolsa de Nueva York y, por supuesto, posamos con el famoso Charging Bull.
A continuación, nos preparamos para una de las visitas más sobrecogedoras: el Memorial Museum del 11S. Este espacio no es solo un museo, es un homenaje a las vidas perdidas y un recordatorio del impacto que tuvieron aquellos eventos. Para ver la ciudad con perspectiva, subimos al mirador del One World Trade Center. Desde lo más alto del edificio más alto del hemisferio occidental, Nueva York se extiende hasta donde alcanza la vista.
Cerramos la tarde en Stone Street, una de las calles más antiguas de Nueva York. Con sus fachadas de ladrillo y su ambiente animado, es el lugar perfecto para relajarnos con una cerveza al atardecer.
Por la noche, opcionalmente podemos vivir la magia de Broadway, asistiendo a un musical espectacular o sumarnos a la emoción de un partido de la NBA, la NHL o la MLB, según la temporada. Porque si algo tiene Nueva York, es que cada día puede terminar con un momento inolvidable.
Arrancamos con una visita a uno de los miradores más famosos: Top of the Rock, al norte, Central Park se despliega como un oasis verde en medio del caos urbano, mientras que al sur, el Empire State se alza imponente, con la silueta de Downtown recortada contra el horizonte.
Después nos dirigimos al Museo de Historia Natural, una de las joyas culturales de Nueva York. Desde el gigantesco esqueleto de T-Rex hasta la icónica ballena azul colgante, cada sala nos transporta a distintos rincones del mundo y del tiempo. De ahí, cambiamos la ciencia por la naturaleza con un paseo por Central Park. Caminamos entre senderos arbolados, cruzamos puentes de cuento y nos detenemos en rincones icónicos como Bethesda Terrace o Bow Bridge. Tras esta pausa verde, nos sumergimos en el arte moderno en el MoMA, donde nos esperan obras maestras como La noche estrellada de Van Gogh o las icónicas latas de sopa Campbell de Warhol.
El siguiente destino es más lúdico, pero no menos impactante: Madame Tussauds, el famoso museo de cera donde podemos posar con réplicas hiperrealistas de celebridades. Para un último giro de originalidad, exploramos Rise NY, una experiencia inmersiva que combina historia, tecnología y adrenalina. Cerramos la jornada a lo grande, subiendo al Empire State de noche. Con la ciudad iluminada como un tapiz infinito de luces, entendemos por qué Nueva York es «la ciudad que nunca duerme».
Hoy nos alejamos de los rascacielos de Manhattan para explorar la otra cara de Nueva York, la que late en sus barrios más auténticos y diversos.
Si optamos por el Bronx, nos sumergimos en el arte callejero que cuenta historias de lucha y cultura urbana. Desde los murales de grandes leyendas del hip-hop hasta los grafitis que decoran edificios enteros, cada esquina tiene algo que decir. Podemos visitar Harlem, el epicentro de la música gospel y el jazz. Aquí, la historia afroamericana cobra vida en lugares como el Apollo Theater, donde actuaron estrellas como James Brown y Ella Fitzgerald.
Para quienes buscan una experiencia más alternativa, Williamsburg en Brooklyn es el destino perfecto. Este barrio hipster combina fábricas reconvertidas en cafés de diseño, tiendas vintage y galerías de arte contemporáneo. También podemos explorar la comunidad judía ortodoxa, donde las tradiciones han permanecido inalteradas en medio del cambio urbano.
Después de un día lleno de contrastes, la mejor manera de despedirlo es con un cóctel en un rooftop con vistas a Manhattan, ver el sol ponerse sobre la ciudad es el cierre perfecto para esta jornada diferente.
Nuestra última mañana en Nueva York está reservada para un paseo final entre algunos de sus rincones más icónicos. Empezamos en Bryant Park, un pequeño oasis urbano donde neoyorquinos y turistas se mezclan en un ambiente relajado. Rodeado de rascacielos, con mesas de ajedrez y cafeterías con encanto, este parque es el lugar perfecto para absorber los últimos momentos en la ciudad.
A pocos pasos de aquí, visitamos la impresionante Biblioteca Pública de Nueva York, con su majestuosa fachada custodiada por leones de piedra. Antes de marcharnos, damos una última vuelta por la Quinta Avenida, donde encontramos tiendas emblemáticas como Tiffany’s o Saks Fifth Avenue. Es el momento de hacer las últimas compras o simplemente admirar la arquitectura de esta avenida legendaria.
Al mediodía, es hora de decir adiós. Con el equipaje lleno de recuerdos y la sensación de haber vivido la ciudad en todas sus facetas, ponemos rumbo al aeropuerto con la promesa de que algún día volveremos a Nueva York, porque esta ciudad siempre deja ganas de más.
Llegada a Madrid tras una semana intensa en la Gran Manzana.
Fin de nuestros servicios. El orden del itinerario puede verse alterado por motivos organizativos, intentando mantener en la medida de lo posible todas las visitas indicadas o similares.
Billete de avión ida y vuelta de Madrid a Nueva York con tasas incluidas. (Si quieres partir de otra ciudad, consúltanos y veremos cómo hacerlo posible)
7 noches de alojamiento en Manhattan
Acompañamiento y asistencia de tu Tropicoordi
Traslado los días de comienzo y fin de viaje entre el aeropuerto y el alojamiento
Subida a los miradores The Edge, Empire State, Top of the Rock, One World Observatory y The Summit (este último bajo disponibilidad), ferry a la Estatua de la Libertad, entrada al Intrepid museum, Moma, Memoria Museum, Museo de Historia Natural y Met (según interés), Crucero por el Hudson, Museo de Cera, Rise NY.
Seguro básico de viaje
Compensación de 1,04 toneladas de CO2 por persona en proyectos medioambientales como reforestación de bosques.
Regalo Tropiquea
Asesoramiento desde Tropiquea durante todo el proceso
Comidas y bebidas no especificadas en "incluido en el precio"
Trayectos en bus, metro, taxis, etc...dentro de la ciudad
Cualquier otro servicio no indicado en "incluido en el precio"
En este viaje no está prevista la opción de habitación individual, pero consúltanos y veremos qué podemos hacer.
En este viaje es probable que haya que compartir habitación entre 4 personas
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¡Claro que no! Viajar solo es una aventura en sí misma, y no serás el único. La mayoría de nuestros viajeros son independientes como tú, así que no te faltará compañía para compartir historias y risas. Tendrás toda la libertad que buscas, sumada a la tranquilidad de estar en un grupo pequeño que pronto se sentirá como una familia viajera.
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No se trata tanto de tener una forma física excepcional, sino de saber adaptarse al ritmo del viaje. Con una forma física normal podrás hacer todo lo que proponemos sin problema, y si algún día prefieres descansar o saltarte alguna actividad, ¡no pasa nada! Aquí se viaja a tu manera, siempre con buena onda.
El Tropicoordi es tu brújula humana, ese viajero experto que te acompaña durante todo el recorrido. Su misión es hacerte la vida más fácil: coordina al grupo, organiza la logística y se encarga de esas negociaciones clave con recepcionistas, tuk-tuks y cualquier imprevisto que surja. Aunque no haya estado antes en el destino, se lo estudia a fondo para que nada quede al azar y adapta la ruta al grupo como si fuera un experto local. Además, es el alma del equipo: ayuda a integrar al grupo y a que vivas un viaje auténtico y sin estrés.
En Tropiquea, sabemos que descansar bien es clave para disfrutar al máximo de la aventura, por eso cuidamos cada detalle de los alojamientos. Nos encanta que vivas la auténtica experiencia local, pero sin renunciar a la comodidad y la limpieza que necesitas para reponer energías. No nos van las grandes cadenas turísticas, preferimos ofrecerte algo más auténtico: acogedoras casas en el corazón de la ciudad, alojamientos locales con encanto o eco-lodges en plena naturaleza. Todo pensado para que descanses bien y vivas el destino como un verdadero local. ¡Tu comodidad también es parte de la aventura! Te mandaremos los detalles de los alojamientos aproximadamente 15 días antes de tu salida, pero lo que podemos garantizar es que serán perfectos para disfrutar de tu experiencia y conectar con el destino. ¡Prepárate para ser sorprendido!
En Tropiquea, no nos gusta apilarnos todos en una misma habitación ya que valoramos el buen descanso. Lo habitual es que compartas en habitaciones dobles o como mucho triples con compañeros del mismo sexo. En algunas ocasiones, podrías compartir con más personas, pero son experiencias auténticas como una jaima en el desierto que no podrías vivir de otro modo. En general, las habitaciones tienen baño privado para la habitación. Si nos alojamos en casas particulares, podrías compartir con tan solo otra habitación más el baño, pero siempre será dentro de nuestro propio grupo. En cada destino podrás ver toda esta información en detalle.
El precio del viaje incluye un seguro de asistencia en destino, que cubre posibles contratiempos que puedan surgir durante el viaje. También ofrecemos un seguro de cancelación del viaje que puedes contratar en el momento de la reserva o de la confirmación del viaje. En este enlace puedes encontrar toda la información del seguro básico.
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